Desenmascarando a Feijóo

Seguramente por miedo al alza que experimenta la extrema derecha de Vox, miedo comprensible, y ante la ineptitud del destituido líder popular señor Casado, hoy se ve un esforzado interés en presentarnos al gallego señor Feijóo, que lo reemplaza, muy diferente a aquél. Un esforzado interés por parte de cierta prensa e, inclusive, hasta por parte del PSOE, para presentarlo como más moderado, y que lo prefiere como oposición antes que a Abascal, un peligro éste a todas luces.

No obstante conviene conocer bien al nuevo presidente de los populares, no sólo en su faceta de amistad con narcotraficantes y sus paseos en yates que esto lo sabe media España, y que la otra media se tapa los ojos, sino en la parte de gestión, la que ha ejercido en Galicia en estos años donde ha cosechado mayorías absolutas. Veamos.

Las próximas semanas, el señor Alberto Núñez Feijóo abandonará oficialmente la Junta de Galicia. Hoy en día es un presidente a tiempo parcial, centrado en la gestión del Partido Popular en el ámbito estatal. Tampoco es que en su mandato haya hecho gran cosa para mejorar la vida de las gallegas y gallegos. Se inhibió tanto de su papel como Jefe del ejecutivo que en 13 años no reclamó ni una sola competencia para Galicia y, de hecho, descartó continuar la tramitación de las acordadas en 2008 entre la Junta y el Gobierno español. Las últimas transferencias se hicieron efectivas aquel año, después de haber pactado el ex-vicepresidente Anxo Quintana y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, la cesión de nuevas competencias.

En los trece años de gobierno, la desigualdad subió un 1,5%, el poder adquisitivo bajó a un 6,9% y quienes cobran las pensiones más bajas siguen estando a un nivel bajísimo. De hecho, hay más de 400.000 pensionistas gallegos en la pobreza y de ellos un 22% en situación de pobreza extrema. Así lo evidencian los datos de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, del Instituto Gallego de Estadística, de Cáritas y otras asociaciones,

Respecto de la lengua gallega, el 24% de los más jóvenes de quince años son incapaces de expresarse en la lengua propia, según el Instituto de Estadística español. Esto es consecuencia del primer decreto aprobado por Feijóo: el del plurilingüísmo, que prohibió impartir materias en gallego en una enseñanza donde no existe la inmersión en la lengua propia de Galicia.

Feijóo también deja un país con más de 73.500 jóvenes menos, según el Consejo Económico y Social. Personas que se vieron abocadas a emigrar en busca de un futuro mejor. En relación con el trabajo, desde 2013 se han destruido más de 23.200 puestos de trabajo ocupados por autónomos y más de 33.500 puestos de trabajo de asalariados en la industria. Además, el sector agrario vio como cerraban casi 16.000 explotaciones vacunas.

La careta de “buen gestor” también se le cae si miramos la deuda pública, que ha crecido en 7.760 millones estos últimos trece años. Y esta deuda no sirvió para fortalecer los servicios públicos. Solo en Sanidad, la atención primaria perdió 74,8 millones de inversiones en comparación con 2009.

Esto es un breve resumen de la Galicia que deja Feijoó.

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