La droga dura de cada dia

Hassan era un personaje del barrio muy querido. Hassan era De Marruecos y hacia tantos años que vivia por el barrio que casi había perdido su acento marroquí.
Repartía butano por las casas antes que instalaran el gas natural en los pisos, y aun después a los que no se lo habían instalado. Hacia su trabajo mejor que nadie, y por su trato cordial y mable, había desplazado a la competencia y se había quedado el solo como repartidor unico. Teníamos los vecinos el número de su móvil, y cuando le engarbamos alguna bombona, enseguida estaba en la puerta con ella. Hablaba mucho de su familia en Marruecos a la que iba a visitar cada verano. Era con el un trato agradable que con el tiempo fue cambiando.

Y fue cambiando , ya casi no atendía su trabajo, y puso a dos compatriotas suyos para que lo  hicieran, el mientras y ahora, se dedicaba pasear por el barrio caminando o en un lujoso coche que nadie sabía de donde había sacado. Y siempre por el mismo sitio, por la hilera de arboles, unos cuarentas robustos ejemplares que habían a la salida del colegio, y allí junto a ellos se pasaba las horas, pero lo que sorprendió de Hanssan fue que no dejaba que los que sacaba a su mascota a pasear que olisquean o escarbaran eb los alcorque de aquellos árboles, e incluso les prohibió a los barrenderos que hurgaran con la escoba en la escasa tierra del pie de de los árboles. A los trabajadores del ayuntamiento aquello les pareció raro, pero como se trataba de Hassan y la fama que le predecía en le barrio, le hiceron caso.

Y paso el tiempo y Hassan ya no era el mismo  porque daba la impresión de la de ser un nuevo rico, ya que casi no se hablaba con las gentes del barrio, y parecía que atendía otros negocios mas importantes, Y todo pasaba hasta que una tarde, en la que raramente hassan estaba ausente, unos niños escarbando en la tierra del pie de los árboles, encontraron unas bolsa de plástico llena de polvos blancos, unos tres kilos habría alli según dijeron los adultos que se acercaron. Aquello era Cocaína y había que dar parte, v  llego la autoridad, y empezaron a escarbar en los pies de todos los arboles de aquella hilera, y el botín reunido y amointonado en el suelo, fue alarmante, unostrecientos kilos de Cocaína desenterrados que esperaban para su negocio, venta o trapicheo.

Y ya no se le volvió a ver más al Hasan por el barrio, y nunca supimos que fue de el, y si lo cogieron le caerían algunos años de cárcel.