La selva urbana

LA SELVA URBANA

a menudo se ven casos en la selva urbanita que si no tienen lo salvaje de la jungla, si se parecen en maldad, desidia y menosprecio, inhumanidad en suma  que se refleja en los actos despóticos de entre los habitantes de las grandes colmenas como son las ciudades.

En el tráfico, en las enormes concentraciones de coches, si alguno de ellos se para, nadie se interesa porque se ha detenido en medio de la carretera, si no que su reacción la reacción de los inhumanos conductores es la de pitar y pitar, escandalizar como si con eso solucionaran algo, como si el que se ha detenido lo ha hecho por gusto o capricho, y nadie piensa que puede ser porque  se encuentra mal, porque el coche se le ha averiado, o porque simplemente se encuentra perdido en una ciudad que desconoce

Hace tiempo cuando en las autopistas se ahorraron al personal que cobraba en las garitas, y pusieron máquinas traga perras, me ocurrió que al ir a pagar no eche la cantidad justa que me pedía la máquina,, sino que me equivoque y metí por la ranura veinte céntimos menos, y sin percatarme de mi fallo esperaba, pero la barrera no subía para darme paso, resultado que provoco una larga pitada y escándalo, pero nadie de la cola que había formado con mi detención, se bajó del coche para interesarse por mi problema .

Hoy, sin embargo, y en el aparcamiento de un gran hospital y en donde la enorme cantidad de coches que acuden cada día lo han dejado pequeño, una pobre mujer con un todoterreno grande, alto y ancho para exigua zona de aparcamiento,  obesa ella, y sudando, se desvivía por intentar aparcarlo marcha tras,  
Los bocinazos  que atronaban los que iban detrás de ella, y sin paciencia a esperar para que la mujer pudiera aparcar, no cesaban, y hasta le gritaban.
Y que iba a hacer la pobre mujer, que como luego me decía   había cogido el coche de su marido con el que no tenía práctica,  porque el suyo lo tenía en el taller averiado, así que me he acercado e indicándole las maniobras, ha podio finalmente aparcar, luego los inhumanos urbanitas escandalosos, han pasado delante de nosotros con la cabeza gacha.

La mujer muy agradecida me ha dejado su teléfono para vernos otro día,, ¡¡¡¡aquiiii hay telaaaaaaaa!