La traición de mi paraguas

Hoy que por fin no llueve, recuerdo esto

LA TRAICIÓN DE MI PARAGUAS

Si, confiaba en el como el más intimo de los amigos, porque eran ya muchos kilómetros, aventuras, y años los que llevábamos juntos y no nos habíamos separado nunca.

Pero aún así él me traicionó, me dejo en la estacada, solo y frente al peligro cuando más lo necesitaba, -juer que ha salido en verso-.
Aun recuerdo cuando lo conocí, era un frío invierno,- claro el invierno no va a ser caluroso- en uno de mis viajes a Andorra, cuando cansado de ver tantos y tan variados escaparates llenos de quesos, licores matarratas y tabaco de estraperlo. Cansado digo, ahora ya agotado de tanto paseo y tantas horas en la cola de la gasolinera para ahorrare unas pelillas, fue cuando en la barra del bar al que entre a "cascarme" un corajillo de anís, cuando huérfano y sin nadie que lo reclamara, se pegó a mi y ya a partir de ese momento salimos juntos del brazo y unidos para siempre.

Pero hoy que en la calle, en medio del asfalto empezó a llover con ganas, con furia, le pedí ayuda para que se abriera para mi como otras tantas veces lo hizo, pero se me negó, ni siquiera se inmutó cuando con las primeras gotas de lo que luego sería un aguacero, me empezaba a calar hasta los calcetines. Lo zarandeé, le eché en cara su infamia, lo mal amigo que era, sin embargo, nada, así que empapado, arrugado como el boleto de la primitiva que no a tocado, me quedé allí en el asfalto y con el agua resbalándome por la cara parecía que lloraba mi desgracia.

Deshecho echo un berberecho en su salsa, me fui al bar de enfrente con el mal amigo colgado y arrastrado del brazo, y en la barra, como aquel lejano día que lo conocí, pedí otro carajillo de anís. - otro verso, - después salí sin volver la vista atrás y sin pagar pues de la pena que tenía que hasta me impedía andar.

Pero volví a por mi desleal amigo, pero este infiel e ingrato, ya se había unido a otro brazo que se lo llevaba colgando.

Rocinante

Rocinante escribió:Hoy que por fin no llueve, recuerdo esto

LA TRAICIÓN DE MI PARAGUAS

Si, confiaba en el como el más intimo de los amigos, porque eran ya muchos kilómetros, aventuras, y años los que llevábamos juntos y no nos habíamos separado nunca.

Pero aún así él me traicionó, me dejo en la estacada, solo y frente al peligro cuando más lo necesitaba, -juer que ha salido en verso-.
Aun recuerdo cuando lo conocí, era un frío invierno,- claro el invierno no va a ser caluroso- en uno de mis viajes a Andorra, cuando cansado de ver tantos y tan variados escaparates llenos de quesos, licores matarratas y tabaco de estraperlo. Cansado digo, ahora ya agotado de tanto paseo y tantas horas en la cola de la gasolinera para ahorrare unas pelillas, fue cuando en la barra del bar al que entre a "cascarme" un corajillo de anís, cuando huérfano y sin nadie que lo reclamara, se pegó a mi y ya a partir de ese momento salimos juntos del brazo y unidos para siempre.

Pero hoy que en la calle, en medio del asfalto empezó a llover con ganas, con furia, le pedí ayuda para que se abriera para mi como otras tantas veces lo hizo, pero se me negó, ni siquiera se inmutó cuando con las primeras gotas de lo que luego sería un aguacero, me empezaba a calar hasta los calcetines. Lo zarandeé, le eché en cara su infamia, lo mal amigo que era, sin embargo, nada, así que empapado, arrugado como el boleto de la primitiva que no a tocado, me quedé allí en el asfalto y con el agua resbalándome por la cara parecía que lloraba mi desgracia.

Deshecho echo un berberecho en su salsa, me fui al bar de enfrente con el mal amigo colgado y arrastrado del brazo, y en la barra, como aquel lejano día que lo conocí, pedí otro carajillo de anís. - otro verso, - después salí sin volver la vista atrás y sin pagar pues de la pena que tenía que hasta me impedía andar.

Pero volví a por mi desleal amigo, pero este infiel e ingrato, ya se había unido a otro brazo que se lo llevaba colgando.

Rocinante

Te resultò peor que mi primer novia... No somos na.

Dorogoi escribió:

Rocinante escribió:Hoy que por fin no llueve, recuerdo esto

LA TRAICIÓN DE MI PARAGUAS

Si, confiaba en el como el más intimo de los amigos, porque eran ya muchos kilómetros, aventuras, y años los que llevábamos juntos y no nos habíamos separado nunca.

Pero aún así él me traicionó, me dejo en la estacada, solo y frente al peligro cuando más lo necesitaba, -juer que ha salido en verso-.
Aun recuerdo cuando lo conocí, era un frío invierno,- claro el invierno no va a ser caluroso- en uno de mis viajes a Andorra, cuando cansado de ver tantos y tan variados escaparates llenos de quesos, licores matarratas y tabaco de estraperlo. Cansado digo, ahora ya agotado de tanto paseo y tantas horas en la cola de la gasolinera para ahorrare unas pelillas, fue cuando en la barra del bar al que entre a "cascarme" un corajillo de anís, cuando huérfano y sin nadie que lo reclamara, se pegó a mi y ya a partir de ese momento salimos juntos del brazo y unidos para siempre.

Pero hoy que en la calle, en medio del asfalto empezó a llover con ganas, con furia, le pedí ayuda para que se abriera para mi como otras tantas veces lo hizo, pero se me negó, ni siquiera se inmutó cuando con las primeras gotas de lo que luego sería un aguacero, me empezaba a calar hasta los calcetines. Lo zarandeé, le eché en cara su infamia, lo mal amigo que era, sin embargo, nada, así que empapado, arrugado como el boleto de la primitiva que no a tocado, me quedé allí en el asfalto y con el agua resbalándome por la cara parecía que lloraba mi desgracia.

Deshecho echo un berberecho en su salsa, me fui al bar de enfrente con el mal amigo colgado y arrastrado del brazo, y en la barra, como aquel lejano día que lo conocí, pedí otro carajillo de anís. - otro verso, - después salí sin volver la vista atrás y sin pagar pues de la pena que tenía que hasta me impedía andar.

Pero volví a por mi desleal amigo, pero este infiel e ingrato, ya se había unido a otro brazo que se lo llevaba colgando.

Rocinante

Te resultò peor que mi primer novia... No somos na.

Si, es verdad, no somos na de na , ¡¡¡jejejejeej!!!

Mi primera novia también se fue unida a otro brazo… Una vida de traiciones