Visitando los parajes de la muerte

VISITANDO LOS PARAJES DE LA MUERTE

Amigo, ? Habéis visitado alguna vez la paz y la serenidad quieta de un cementerio?
Alguna tarde o mañana tranquila ¡Os lo recomiendo ¡.Paseando por sus estrechas, y siempre desiertas calles, con floridas paredes que pasan junto a nosotros, llenas de nichos, lapidas, fotos y recuerdos escritos, que se suceden continuamente en nuestros pasos.
Entonces se piensa, se medita, se divaga, y de una forma fácil se acaba filosofando sobre nuestro paso por la vida, sobre la imprevisible, siempre lejana y siempre temida idea de la muerte. Mirando las fotos unas en blanco y negro, las mayoría de colores apagados, desdibujados por el Sol, se piensa en los que reposan allí y escudriñamos sus caras de papel, por si hemos llegado a conocerlos alguna vez, leyendo detenidamente los apellidos, intentando conocer a alguien, para de alguna forma sentirnos vivos, para decirnos a nosotros mismos que estamos muy lejos de ellos, terminando por llegar a curiosas y estrambóticas conclusiones que difícilmente en otro lugar se puede llegar.
Al principio de la visita, siempre, como algo que no se puede evitar, nos asaltan las eternas preguntas.
¿Quienes somos? ¿Que fin tiene nuestra vida en la Tierra? ¿Donde acabamos después de la muerte ¿ ? Si esa fe que nos mueve para intentar ser mejores sirve de algo, etc., etc. ¿
Se hace más intenso este pensamiento, cuando en nuestro lento paseo nos encontramos con los recordatorios esculpidos en los mármoles y que se te meten por los ojos.

“No hagas ruido, mi nenita duerme“
“Afortunado el que puede frenar las debilidades del alma”
“Que haré sin mi cuerpo, Dios será mi camino”

A nuestro lado pasan toda clase de muertes. Muertes serenas. Impuestas al cuerpo por la edad, que llegan por la ley natural de la vida. Las de enfermedades incurables, las de la droga de carne joven y espíritu maltrecho. Las de los niños caídos en su temprana edad.
Pero también están las violentas, las truncadas en plena juventud. Las victimas de nuestro tiempo, la de las prisas, las del el trafico asesino. Las del estrés con sus depresiones mortales. Las temidas y dolorosas del Cáncer. Las inesperadas del corazón Y parece que si miras a las caras de las fotos con fijación parecen que quieren decirte. .

¡Tanto correr para no llegar a ninguna parte ¡
¡Tanto egoísmo para acabar no teniendo nada ¡
¡Tanta ambición para acabar desnudo ¡
¡-Tanto odio hacia los demás para que te corroa la enfermedad ¡
¡-Tanta compañía, para tanta soledad ¡
¡Tanta fe, para tanto desengaño ¡