Un barrio camino de las nubes

No se si esto será de humor porque visitar este barrio en coche no es de risa, es de miedo y terror, pensando siempre que si te fallan los frenos despareces del mapa. Hoy mi amigo el tragón de apodo tragapanes, que come como siete cachorros abandonados, Después de comer en un japo me dice "acércame a mi casa" vaya tela con la barriga enorme hinchada y con los botones del pantalón desabrochados, porque por el mismo precio puede comer lo que quieras, hemos comido tanto que el estomago al levantarnos de la silla nos hacia "glu, glu" después  hemos iniciado el viaje hacia un barrio todo subida que no se si habrá otros por las ciudades mundiales, pero como este creo que ninguno. Porque aquí a la hora de edificar no aplanaron  el terreno si no que por la falta y las prisas por hacer viviendas, edificaron sobre las pendientes y aquí tenemos que hay calles que los coches péquenlos de motor de  poca cilindrada no pueden subir, y los autobuses son como todo terrenos grandes con tracción en las cuatro ruedas y un motor de tractores. Allí las pendientes son tan inclinadas que las sillas de inválidos llevan frenos de discos, porque si enfilan una cuesta de aquellas y no llevan buenos frenos, no es que se peguen un tortazo, y lleguen al puerto después de cruzar toda la ciudad de golpe,  si no que desaparecen como desaparecen las pobres mujeres que le fallan las piernas, y si se bajan al comprar, yo no pueden subir ,y se quedan en paradero desconocido. Los niños costumbrados a esas enormes pendientes, todos quieren ser de mayores alpinistas o escaladores,  y hartos de perder siempre las pelotas, pelota que se va por la cuesta pelota que ya no vuelve, juegan al futbol con la pelota amarrada a una cuerda. Hace poco pusieron unas escaleras mecánicas, que alegría dijeron los vecinos, pero no había motor en el mercado para hacer rodar aquello, y allí están de adorno.

En ese barrio no hay perspectiva de al lado, junto, oeste, sur, cerca o lejos, allí solo hay arriba o abajo. las gentes, los que se atreven a bajar a la ciudad, llevan zapatos con suelas de gomas para ir frenando en las bajadas, y los mas ancianos andadores con frenos hidráulicos, y un acompañante frenándolo, pues un tropezón mal dado, y puedes llegar rodando al centro de la ciudad sin coger el Metro. Así que después de muchas vueltas, curvas suicidas porque no se ve a quien te viene de frente, caminos de dos carriles por donde apenas caben  los autobuses,  cegado por el humo espeso y pestilente de los tubos de escapes de esos buses cuyos motores  tienen que darlo todo por llegar a la parte de derriba, le digo la amigo tragón ¿Cómo es que vives aquí, que has hecho en la vida `para que te castiguen de esta forma?, y me dice, .-porque me vendieron el piso muy barato, titado de precio y además me regalaron una mula para bajar y subir.-. Ahora entiendo y le conteste, .-pues cómprate un helicóptero porque mi menda no te sube mas.- Y cuando miro la gasolina las cuestas se habían tragado casi todo el deposito  y el motor echaba fuego. de la paliza que le había dado

No somos na.    
Saludos

Dorogoi escribió:Hola Roci,
atar la pelota con una cuerda es una idea vencedora....  



Saludos.

¡¡¡JEJEJEJEJ! el video que puse no hace honor a la leyenda de este barrio porque después del hundimiento del túnel del Metro que pasaba por debajo, el barrio sufrió una espectacular remodelación muy a fondo. Tenia que haber puesto, y que ya las pondré las fotos de antes de este suceso. Pero en fin, Que ni regalado quiero un piso en ese nido de águilas.

Saludos  

Saludos