Volver a los orígenes

He vuelto después de una temporada de estar fuera, y satisface y alegra volver a lo de antes, o a lo de siempre, nuevamente a la ronda del desayuno con los jubilados, a los churritos recién hechos de la mañana, y a los ratos en el parque con las viudas de ayer y de siempre, las palomas, las cotorras y los perros son siempre los mismos, pero veo con estupor que cuando me acerco al supermercado cercano como han subido los precios, y de su escalada creciente desde que salí de viaje, o han ido subiendo según me he ido acercando a la ciudad, un cortado en mi sitio de vacaciones valía 1,20 €, después en las áreas de servicio  1,30€, y ya una vez por el barrio a 1, 40 €, pero después los precios del supermercado cercano al que me he acercado, y que se lo han quedado los  pakistaníes, todo ha subido, y el precio de cada alimento te da la sorpresa de lo que valían ates y vale ahora.

No llegarán las pensiones para tanta carestía como el gobierno no suba los sueldos, porque además la luz, el gas y el agua también han subido. Lo comento con el paki encargado del supermercado, y dice no entender cuando tampoco entiende que habiendo tanto parado español, solo tenga trabajadores de su raza, pero claro, eso a la Generalitat catalana no le interesa con tal de que los inmigrantes pongan todo en catalán le da igual y efectivamente, y como se lo digo tiene que poner los letreros en los dos idiomas que para eso estamos en España, En Cataluña si, pero también en España, pero le da igual, no entiende lo que no quiere saber, y mirándome como a un bicho raro me da la espalda y se va, él sabe que los clientes españoles seguirá comprándole, aunque en la puerta haya un parado español pidiendo limosnas.

País de borregos