Las maquinas las inventa el diablo

El otro día estaba en el área de la ITV para pasar la revisión del vehículo, y que como cada año hay que ir a la ventanilla a soltar los 40 € y pico que vale, y de donde la Generalitat catalana se lleva hasta un 80 %. Aquí, en la red de ITV tenia un hijo de los Pujol sus trejes manejes. y por lo que fue juzgado, pero nunca condenado

Pues bien, cayendo el Sol de plano en una explanada que fue zona industrial, estábamos los sumisos paganinis de siempre friéndonos al Sol, esperando el turno para entrar. La verdad es que allí los trabajadores de esta empresa trabajan lo suyo y siempre  vendidos a las inclemencias del tiempo con los grandes portalones abiertos, haga frio o calor, y con la playa enfrente. Que serán los que menos se lleven del gran negocio..

Con la lengua fuera, los labios resecos y en la mirada un ansia por beber algo, se reflejaba en la cara casi todos los asistentes , los jefes no, ellos desde sus despachos climatizados nos miraban por las ventanas, y como diciendo  mira que sois tontos pleones. venís a soltar la pasta y encima os queman al Sol

Buscábamos agua o lo que fuera, algo para remediar aquel tormento, y descubrimos una maquina de bebidas, escondida detrás de una puerta como para que nadie la viera, quizás reservada para los oficinistas. Pero el recubrimiento causo gran revuelo y hacia ella nos fuimos, deje que los demás sacaran sus bebidas, y cuando ya no había nadie cerca, me dispuse a sacar de allí lo que fuera liquido. Pero era una maquina hecha para hacerte la vida imposible, y dejarte morir de sed, porque además de maquina de café, también era de bebidas, pero todo en uno por aquello de ahorras gastos, y aquello era difícil porque tenia dos teclados y dos pantallas, si querías bebida tenias que marcar el código correspondiente, que se componía de letras y números, tantos que a la hora de teclear ya se te habían olvidados casi todos, lo del café parecía algo mas fácil, pero yo quería beber  y lo intente, metía la moneda marcaba el código, marcaba en el otro teclado el importe y nada, aquello no hacia ni pi  ni pa, y volví a intentarlo, tanto que me canse de meter. la moneda hasta uno que pasaba por allí con aire de jefazo, y como si le hablara a un subordinado, me dice al paso, "La maquina solo admite el importe exacto"

Me cachis en la les ches, y si no tengo cambio que hago, le digo a una de las taquilla y me dice, pues a galeras a remar.

No somos na