¿Es verdad que todo el mundo tiene una/algunas fantasias sexuales, pero que no la ponen en practica nunca?

pepetrueno escribió:¿Tienes alguna fantasía sexual?

Yo comencé mi vida sexual a los 25 años, y con quien comencé, la relación terminó muy mal. Pero me sobrepuse, y me prometí a mi mismo que no iba a permitir que mi vida transcurriera en ese aspecto de tal modo que en mi lecho de muerte me arrepintiera de no haberme realizado sexualmente.

Ahora que estoy entrando cronológicamente, casi en la vejez (aunque algunos me confunden con un hombre mucho más joven, ya que de alguna manera, mi mente "juvenil" afecta a mi cuerpo, creo), puedo decir, que si tuve experiencias sexuales muy satisfactorias... vamos, incluso participando en algunos casting porno, y siempre buscando y buscando a las mujeres más salvajes que pudiera encontrar (encontré a varias, en México y en Europa )… y más allá.

Pudiéramos decir, que he hecho casi de todo... Aunque en alguna ocasión traté el sexo homosexual, solo para probar... pero no llegué a nada ahí... pues quedó probado que lo mío son las mujeres.

Si me muero ahora, puedo decir ya, que mi meta que me puse a los 25 años, fue cumplida, y bien cumplida.

Actualmente, no estoy muy activo sexualmente, pues estoy muy ocupado intelectualmente, y los proyectos de la vida diaria me presionan... pero por supuesto, sigo teniendo cosas en mi lista. No me he dado el tiempo, pero eventualmente trataré de cumplirlas... si encuentro tiempo.

Lo bueno, es que físicamente soy muy fuerte, con músculos todavía grandes, que entreno en los aparatos que tengo en mi domicilio. Por lo tanto, tengo esperanzas de continuar mis aventuras.

Pienso que el sexo es una aventura.

Invasor escribió:La mujer es un bichito muy especial, y peligroso también: por tanto conviene no subestimarla.
Pero el hombre la necesita porque las 2 criaturas que más ama son su madre y su mujer; a pesar de ser muy distintas.
En lo personal he comprobado que ni hubiera sido feliz si hubiera sido militar como quería mi madre, ni hubiera estado mucho tiempo casado si me hubiera sometido a las restricciones sexuales que intentó imponer mi mujer.
El desconsuelo que le provocó a una mi desersión de la Armada y la resistencia de la otra a mis exigencias sexuales se superaron cuando se dieron cuenta que no había escape.
Mi madre se enteró por carta y nunca dijo nada; mi esposa la noche de bodas, demasiado tarde para que alguien la escuchara.
A poco le encantó.