¿Es el momento o se nos ha pasado la ocasión?

 
Ponga una rana en un recipiente lleno de agua y comience a calentar el agua.
A medida que la temperatura del agua empieza a subir, la rana ajusta su temperatura corporal en consecuencia.
La rana se mantiene ajustando su temperatura corporal con el aumento de la temperatura del agua. 
Justo cuando el agua está a punto de alcanzar el punto de ebullición, la rana no puede ajustar más. 
En este punto la rana decide saltar.


La rana trata de saltar, pero es incapaz de hacerlo, ya que ha perdido toda su fuerza ajustando la temperatura corporal.
Muy pronto la rana muere.


¿Qué mató a la rana?
¡Piensa en eso!
Sé que muchos van a decir que el agua hirviendo. 
Pero la verdad, sobre lo que mató a la rana fue su propia incapacidad para decidir cuándo saltar.
Todos nos tenemos que ajustar, con la gente y las situaciones, pero tenemos que estar seguros cuando tenemos que ajustar y cuando tenemos que seguir adelante. 
Hay momentos en los que necesitamos hacer frente a la situación y tomar las acciones apropiadas.
Si permitimos que la gente nos explote física, emocional, financiera, espiritual o mentalmente continuarán haciéndolo.
Decidamos cuándo saltar!
Vamos a saltar mientras tengamos la fuerza.


De la Red
 

¿NO OS PARECE QUE HACE TIEMPO DEBERÍAMOS HABER SALTADO? O QUIZÁ YA ESTAMOS AGOTADOS?

Wow! Que bonito tema de debate. Realmente nunca sabes cuándo es el momento exacto para tomar una decisión. Hay veces que sólo tienes unos segundos para decidir. Otras veces tienes tiempo de sobra para decidir y quizá sea perjudicial tener tanto tiempo, porque por lo general la primera decisión es la buena

La rana pensó que el agua no llegaría a calentarse tanto y en su hábitat natural podría haber sobrevivido, por eso fue ajustando la temperatura en lugar de saltar. Además, ¿tenía alrededor algún otro lugar con agua?.

El criterio de la rana no fue malo, pero no podía prever que el calentamiento quedaría fuera de su capacidad de adaptación.

Si trasladamos esto a los seres humanos nos comportamos un poco igual, podemos modificar aquello que está dentro de nuestras capacidades, pero hay muchos factores externos que pueden modificar los resultados. Se trabaja con los medios disponibles.

duende escribió:La rana pensó que el agua no llegaría a calentarse tanto y en su hábitat natural podría haber sobrevivido, por eso fue ajustando la temperatura en lugar de saltar.  Además, ¿tenía alrededor algún otro lugar con agua?.

El criterio de la rana no fue malo, pero no podía prever que el calentamiento quedaría fuera de su capacidad de adaptación.

Si trasladamos esto a los seres humanos nos comportamos un poco igual, podemos modificar aquello que está dentro de nuestras capacidades, pero hay muchos factores externos que pueden modificar los resultados.  Se trabaja con los medios disponibles.

Una misma decisión puede cambiar el resultado dependiendo del momento y del ambiente, es lo que quieres decir, no?

En realidad apuntaba más a la teoría del caos, en ella se indica que una pequeña variación en el conjunto de condiciones iniciales puede dar lugar a grandes cambios en el resultado final, cambios que nada tienen que ver con lo previsto inicialmente.

En el caso de la rana hay un factor imprevisto que modifica lo previsto por la rana, y es que hay algo que impide que la temperatura deje de subir (entiendo que la mano del hombre que no apaga el fuego), lo cual da al traste con los planes de la rana, que había creído suficiente adaptarse a una temperatura más elevada, pero que pensó se estabilizaría.

En el ámbito humano ocurre lo mismo, estamos tomando decisiones constantemente como mecanismo de adaptación al ambiente circundante, pero no todas las decisiones tienen un buen final porque sólo podemos controlar lo que cada uno puede modificar de forma autónoma y personal, en el momento en que entran en acción otras variantes que no podemos controlar (sean factores de otros humanos, o cualquier otro que quede fuera de nuestro alcance), puede hacer que el resultado final sea totalmente distinto al planificado.

Y no es cuestión de saber saltar en el momento adecuado, sino que se den todas las circunstancias favorables para que el salto tenga resultados positivos.  

No sé si me explico.

Sí, te entiendo. Yo puedo tomar una curva hoy a 100 Km/h y no pasar nada. Mañana está lloviendo, por ejemplo, y esa misma curva si la tomo a la misma velocidad, catacrash!

Hola,
creo que la inexperiencia matò la rana, porque no supo calcular la fuerza que perdìa para regular su temperatura. Si hubiese tenido una reserva de energìa para saltar todo hubiese sido normal; pero no pudo aprender para una segunda oportunidad.

Lo mismo es lo que mata muchas de nuestras acciones, planes, logros, amores, etc. Si tenemos la experiencia necesaria, nuestras acciones seràn medidas y evaluadas como para tener energìa para saltar antes del colapso. A veces esperamos demasiado en saltar: por caprichos, esperanzas, necedades, obsesiones, etc.

Muchas ranas tienen que morir para que aprendamos a calcular el momento justo para saltar y a veces, como la rana, no tenemos una segunda oportunidad.

Saludos.

Cómo hacer sopa de rana.